domingo, marzo 06, 2011
PATXI, PATXI, PATXI
La defensa de la identidad, de la cultura, de la lengua vasca no está relacionada únicamente con un hecho político legítimo como es reivindicar una personalidad en el mundo globalizado actual; además está en relación directa con el logro de Desarrollo Humano Sostenible.
El Pueblo Vasco -Euskadi o Euskal Herria-, la Cultura vasca, la lengua vasca – el euskera-, han de tener su lugar en Europa y en el mundo. La defensa de la identidad vasca, no de espaldas ni en contraposición con las demás identidades sino en convivencia con ellas, está detrás, no sólo de una legítima reivindicación política, sino también de un modelo de desarrollo económico, social y político sano.
Hay que mirar al futuro sin olvidar las raíces. Hay que competir con raíces. Hay que innovar con raíces.
Los últimos 30 años nos han enseñado que autogobierno -“burujabetza” en euskera– es igual a bienestar.
Profundizar en nuestra identidad como Pueblo está ligado hoy, ayer, y lo estará aún más mañana a la consecución, mediante el ejercicio del autogobierno, del desarrollo humano sostenible.
El “caso vasco” traslada, además, la enseñanza de que la estrategia de desarrollo humano sostenible es realizable.
La idea de que ¡se puede!
Que se puede mirar a los ojos al mercado, sin tener que dejar de mirar a los ojos a las personas.
Frente a la actitud resignada ante afirmaciones de que el neoliberalismo es la “naturaleza de las cosas” o de que supone la “lectura científica de la realidad”, el “modelo vasco” representa un ejemplo humilde, pero eficaz, que evidencia la parcialidad de dichos argumentos. Es claro que el “modelo vasco”, lejos de invitar a la resignación, supone una manifestación elocuente de que existen alternativas al modelo neoliberal, ¡Que se puede! Que si queremos, podemos.
Un país, en definitiva, en el que el humanismo y la innovación social, científica y técnica se incorporan a su propia identidad abierta al mundo, es poseedor de una poderosa palanca de transformación social, política y económica.
El autogobierno es la clave de la estrategia de país. Construido sobre los principios ético y democrático, sobrevuela, es el paraguas para el resto de los elementos que explican el razonable éxito alcanzado en la estrategia de desarrollo humano sostenible aplicada en la Comunidad Autónoma de Euskadi en los últimos 30 años y más concretamente en el periodo analizado 1998-2008.
Es preciso destacar que el eje sobre el que pivota el modelo vasco es la persona. La persona entendida en su acepción kantiana que se desarrolla en un espacio socio-cultural concreto y que se entiende como fin en sí mismo. De ahí que el autogobierno esté orientado primera y principalmente al logro del progreso integral de sus hombres y mujeres, es decir del Pueblo Vasco.
El resultado de esta investigación nos muestra que defender y profundizar en el autogobierno vasco, en la defensa de la identidad política, cultural, económica vasca, no solamente ha estado detrás de la reivindicación de un proyecto político legítimo de nación, de pueblo, sino detrás, también –como atributo inseparable- del desarrollo de un modelo de competitividad en solidaridad, propio y diferenciado en relación con su entorno.
El modelo vasco ha sido posible porque ha existido una concepción de País que ha dado sentido al autogobierno económico, político y social. Sin una concepción de País, es imposible el liderazgo compartido público-privado-sociedad.
No resulta posible desarrollar un modelo propio y diferenciado, una estrategia de país compartida con la iniciativa social y de clara implicación pública, capaz de generar progreso ético para las personas. Sin visión -concepción de País- el pueblo perece.
Concepción de país, autogobierno y liderazgo compartido construyen así “el proyecto de País” desde la proximidad, desde la cercanía y desde la comprensión de los problemas para ser resueltos.
(Extraído de la Tesis Doctoral del Lehendakari Ibarretxe)
Que cerca les queda, (al actual Gobierno Vasco, claro) las actuaciones y tesis antidemocráticas practicadas por los poderes del Estado Español y que lejos las expuestas por el Lehendakari Ibarretxe.
Y admitimos la crítica, de que es muy difícil entender el apoyo facilitado por el Partido a diferentes actuaciones del Gobierno Español, soportadas en concepciones neoliberales más que en concepciones socialistas. Aun considerando una razón de peso “la que viene” con la mayoría absoluta del PP.
Patxi, Patxi, Patxi.
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