viernes, abril 06, 2007

El domingo estaremos en Bilbao, pero estamos ya muy hartos de todos.


No parece tan dificil solucionar un puzzle de cuatro piezas.





El domingo nos toca “corazón partido” la cabeza nos pide acudir a Irun pero el corazón y la militancia nos exige estar en Bilbao.

Pese a ello la cabeza nos pide realizar un mensaje para todos los líderes nacionalistas, propios y ajenos.

Llegara el día que los nacionalistas si no cambiáis todos, pasemos de vuestro discurso y de vuestros intereses, para priorizar un único concepto “Euskadi es la patria de los vascos” uniéndonos en ese mensaje tan simple y trabajando únicamente por su consecución en torno a una agrupación provisional.


Los discursos de unidad de los partidos nacionalistas el día de Aberri Eguna están muy bien, paro la “batasuna” hay que practicarla todo el año y en todas las oportunidades, al menos hasta que la patria sea libre.

Guillermo Ansorena, en su blog, realiza una reflexión muy buena y la suscribimos al 100%, con un previo del despertar al nacionalismo de Sabino.


Publicado en http://guillermoansorena.blogspot.com/


“Este fin de semana, tras 125 años de aquella inspirada iluminación que Sabino recibiera en 1882 y transcurridos 75 del día patrio originario, los hombres y mujeres del nacionalismo vasco volvemos a revivir la efeméride.

Efeméride que, aún proscrita y perseguida ásperamente durante el régimen dictatorial –tras el Aberri Eguna de Bilbao en 1932, el de Donosti en el 33 bajo el lema “Euzkadi-Europa”, el de Araba en el 34, el de Iruña en el 35 y los “descapitalizados” y diseminados por los pueblos en el 36, no se volvería a festejar hasta 1963 en Euzkadi Norte (Itsasu) y hasta 1964 en Euzkadi Sur (Gernika)–, nos recuerda cómo, además de ser un pueblo con lengua, historia, cultura, personalidad, etc., propia, somos, al tener conciencia de tales elementos objetivos y voluntad subjetiva de mantenerlos y desarrollarlos, una NACIÓN mayúscula. Una nación que se resiste a ser desnaturalizada y malograda por los Estados de ambos lados del Bidasoa: el castellanudo y el gabachucho.


Desesperanzadamente, esta solemnidad nacional que debería unir, pues unidad patria es lo que proclama, a quienes defienden sin medias tintas a Euzkadi, a diferencia de las festejadas en tiempos de la República, tras la muerte del caudillo o al surgir la asamblea de Ayuntamientos y cargos electos vascos (Udalbiltza) en l999, va a poner de manifiesto, sobre la conveniencia de una estrategia patriótica común, de un ir de la mano las organizaciones nacionalistas, la desacertada separación entre las mismas que las tácticas partidarias provocan: en el día de la patria, sobra patrioterismo, falta patriotismo.

Porque no es la táctica de la nación la que ha de depender de la táctica de cada formación política, sino a la inversa: la partidista ha de estar en función de la nacionalista. Si el partido es para la nación, la nación no es para el partido. Entre el bien particular de éste o el bien general de aquélla no hay elección. Lo primero no es tal conjunto nacionalista, lo segundo, la nación, ¡no!, lo primero es la nación, lo segundo, tal conjunto nacionalista. Uno es el medio; la otra, el fin. Los medios han de estar a la altura del fin, no el fin a la altura de los medios.


Prueba de la división entre los partidos políticos, sindicatos, asociaciones, foros, etc., es, una vez más, los actos conmemorativos del día de la Patria que por separado van a celebrar; el EAJ-PNV en Bilbao, EA, en Guernica, Udalbide, que agrupa a cargos electos de las dos formaciones anteriores, en Forua y Aralar, Batasuna, EAE-ANV y Abertzaleen Batasuna que, junto a los sindicatos ELA y LAB, al Foro Nacional de Debate (NEG-FDN), a la fundación Euskaria y a asociaciones como ESAIT (a favor del reconocimiento de las selección nacional de Euzkadi) o Bai Euskal Herriari (pro derechos civiles y políticos de la ciudadanía vasca), han hecho suyo el llamamiento para celebrar un Aberri eguna unitario, con un recorrido entre Irún y Hendaya, que un colectivo popular diverso –entre otros y otras están quien fuera presidente del Athletic, Jose Maria Arrate, el primer harrijasotzaile en levantar la piedra de 300 kilos, Iñaki Perurena, el literato, Kirmen Uribe, el bertsolari tetracampeón nacional de versos, Andoni Egaña, el miembro histórico de la Izquierda Abertzale, Tasio Erkizia, o la profesora de la UPV, Laura Mintegi– ha realizado bajo el lema “Zazpiak bat. Nazioa gara. Etorkizuna gure esku – Siete en uno. Somos nación. El futuro en nuestra mano”.

Como ven: aquí, ahí, allí. ¡Caótico! ¡Estrambótico! No se trata ni de que el día de la Patria parezca el de los partidos ni de que el día de los partidos parezca el de la Patria. Una patriada es lo que necesita el patriotismo vasco: una interesante acción desinteresada. Una acción interesantemente desinteresada o una, desinteresadamente interesante. Desinteresada porque no es partidista, interesante por patriótica. O a la inversa: desinteresada por patriótica, interesante porque no es partidista. ¡Que el partidismo no es patriotismo! ¡Que el patriotismo no es partidismo!


A pesar de lo señalado respecto a las arrítmicas jugadas de los partidos políticos, pudiera ocurrir: que la descoordinada estrategia fuere una estratagema de coordinación, que la descoordinada estratagema, una estrategia de coordinación, que la descoordinada coordinación, una estratagema de estrategia o que la coordinación descoordinada, una estrategia de estratagema. Juegos retórico-metabólicos aparte, que vienen a decir lo mismo, se pretende insinuar que, como el PSOE y el PP pueden actuar concertadamente cuando semejan desorganizados y a la inversa, los partidos nacionalistas pueden hacerlo del mismo modo. Y es que tanto aquéllos como éstos, aunque está por ver el comportamiento electoral vasco, han llegado a la conclusión de que la unión resta votos y la desunión los suma. Por esta razón, la unión, aún cuando sea la fuerza que impulsa a los navíos políticos, interesa que sea la hélice sumergida, y la desunión, el velamen que salta a la vista. O de otro modo, electoralmente hablando, aunque las capturas sean a partes iguales, es mejor faenar en dos mares que en uno solo. La pesca, tanto para el nacionalismo español de estribor o babor como para el nacionalismo vasco de proa o popa, puede ser mayor. La clave está en acertar con la malla. En tanto que por una red de cuadraturas anchas los peces pequeños se cuelan fácilmente y una de cuadrantes estrechos los grandes la rasgan sin dificultad. Los votos, que indican la cuantía que ha “mordido el anzuelo” o se ha enredado, son esenciales, no tanto para construir la nación como para constituir una de sus mayores garantías: el Estado vasco. Estado que no es que no se pueda lograr o imponer con la lucha armada, sino que los nacionalistas vascos vamos a lograr gracias al apoyo del pueblo.


Sólo así será políticamente popular y popularmente político. ¡No lo duden! Con este respaldo ciudadano hay que lograr, a más del siete en uno, el uno en siete. Que la ciudadanía de cada territorio esté en y por Euzkadi y que Euzkadi esté en y por la ciudadanía de cada territorio.


Si criticable es que el día de la patria vasca cada barcaza nacionalista se eche a la mar en que mejor le sopla, doblemente que quienes se dicen Ezker Batua-Izquierda Unida (el euskera va antes) o PSE-Euskadiko Ezkerra (aquí, después) o Partido popular a secas (se lo tragó una ola) se queden en tierra firme, que no en tierra de nadie.

Estos nacionalistas españoles – EB-IU no tanto, pero IU claramente–, que van con viento a favor por el Mediterráneo, zozobran en el Golfo de Vizcaya, y los nacionalistas vascos, que van con viento a favor por éste, zozobran en aquél.

Es la diferencia entre izar el pabellón del Estado español y arriar el de la Nación vasca o izar el de la Nación vasca y arriar el del Estado español.

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