sábado, enero 26, 2008

DE IMPRESENTABLES, DE IMBECILES Y DE PREPOTENTES



Los unos vienen a provocar, los otros provocan desde sus cuarteles de invierno y los de acá repiten su eterno discurso como papagayos.

La izquierda radical abertzale, no se entera de cómo las cosas están cambiando, son monolíticos en sus planteamientos e incapaces de alterar su estrategia, están condenados al fracaso individual y colectivo arrastrando a una parte importante de este pueblo a la desesperación y la angustia. Su imbecilidad es preocupante.

Los impresentables, desempolvan sus iconos amortizados ante la carencia de liderazgo y evidencian que su poder se refugia en estructuras franquistas e iglesias retrogradas.

Los otros, a los que únicamente preocupa ganar sus elecciones a cualquier precio,
dinamitan todos los puentes de futuro y agudizan las diferencias hasta convertirlas en insalvables.

Dice Xavier Arzalluz : No hay solución a la cuestión vasca. Prometen y no cumplen. Ponen y quitan. Hacen y deshacen. Nada hay seguro, ni el Estatuto ni el Concierto, ni el euskera ni el Lehendakari. Ha llegado el momento de que nos examinemos y miremos uno a otro en público y digamos de una vez que para mantener mínimamente nuestro ser de vascos no hay otra vía que la de nuestra propia estatalidad, aunque estemos sometidos a una “Constitución a la turca”.
Estamos ante la inminente independencia autoproclamada del Kosovo. La que se decía imposible. No es que Kosovo tenga nada que ver con los vascos. Es, simplemente, que a los nacionalistas españoles se les han ido de las manos todos y cada uno de los argumentos que ponían en nuestro camino. Ya sólo les queda la fuerza bruta, el art. 8º. Y ésa ya no vale en estos tiempos para solucionar conflictos.

Y no le falta razón, son muchos años de incumplimientos, de falsas esperanzas y de mentiras.
También Biturie en una de sus reflexiones dice: ¿Dónde está el sistema de garantías? ¿Dónde queda el espíritu de acuerdo entre diferentes? ¿Qué es de la reciprocidad? Nuestra imbricación dentro del Estado español es complicada; se me antoja que hasta imposible
Solo nuestra unidad, nuestra fuerza y nuestra ratificación en nuestros principios, nos pueden sacar de esta situación, ahora o nunca.

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