Éramos veinte añeros, cuando les seguíamos por los jaialdiak de Arratia, Duranguesado y Busturialdea, que siempre eran algo más que un simple festival, nos acordamos de algunos, con los de la capa verde disolviéndolos y saliendo en fila india y con las manos en alto, en algunos otros salimos bastante peor.
EZ DOK AMAIRU, se había disuelto formalmente en el 72, pero seguían mostrando a nivel individual la música del alma vasca a todo el que quisiera escucharles, eran mucho más que música en aquellos momentos, eran la reivindicación pacifica de un pueblo que ansiaba su libertad.
Al margen del grupo Ez Dok Amairu surgen otros cantantes; los más importantes en Euskadi Norte, como son Etxamendi ta Larralde, Peio y Pantxoa, más tarde Niko Etxart y el grupo Errobi casi al mismo tiempo. En Bizkaia se crea el grupo Oskorri, aparecen Maite Idirin y Gontzal Mendibil. El resurgimiento de la nueva canción vasca es más importante en Gipuzkoa -Urko, Txomin Artola, Imanol, etc.-. El más destacado en Alava es Gorka Knörr. En la línea marcada por el espectáculo Baga, Biga, Higa surgen otras actuaciones semejantes como son Zazpiribai en el año 1972, más tarde Ortziken y al fin Ikimilikiliklik de la mano de Mikel Laboa, hermanos Artze y José María Zabala.
Su calidad, tanto poética como musical era increíble, se puede decir sin equivocarse, que su música alimentaba nuestro espíritu.
Por diversas razones personales y de otra índole abandonan el mundo activo de la canción. Xabier Lete en el año 1978; Peio y Pantxoa al año siguiente; en los comienzos de los años 80, Txomin Artola y Mikel Laboa; en el año 1979 desaparece el grupo Errobi
Euskalherria tiene una deuda histórica con todos ellos, y como casi siempre, esperaremos a su muerte para reconocerselo.
En otra dimensión Xabier y Lurdes vuelven a cantar juntos.
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