lunes, julio 24, 2006

A UN TAL JOSE ZUBIAURRE


En IZARONEWS, hoy lunes 24 de julio
“Y al mirarnos en ese espejo, en el rostro del nacionalismo hemos descubierto con sorpresa que el escorbuto, sin duda entre nosotros desde hace mucho, nos había dejado sin dentadura para morder, para dar dentelladas.”
“Pero hay peculiaridades personales que por su relevancia institucional u organizativa se han retratado, como decíamos, sin dentadura.”
“Decepcionante sorpresa ha constituído el Lendakari Ibarretxe, hombre que ha demostrado tener la virtud del equilibrio entre coraje y templanza por igual, pero que en esta ocasión peca por defecto ostensiblemente. Por si quedara duda alguna, le alcanza la responsabilidad sobre las manifestaciones, y una especial omisiòn, de un Gobierno completo que no ha estado a la altura.”


Tal vez por lo agrio hacia el Lehendakari de tus comentarios, pretendas infiltrarle acido ascórbico que le liberen de su padecimiento, pero simplemente con echar un vistazo a la foto podemos constatar que tal padecimiento no existe y que la acidez a lo único que le vendría mal es a su estomago aunque visto lo visto goza de buenas tragaderas hacia lo que digan algunos.

No creo que los de Gorka Aguirreren Alde, estén en nada de acuerdo con tus comentarios hacia el Lehendakari.

Y por cierto, salvo en el caso de que goces de un seudónimo, no veo tu nombre en la lista de adhesiones a Gorka.
En fin, ya sabemos que el rival a abatir en estos momentos es el Lehendakari y le saldrán francotiradores de todas las esquinas, aunque nunca pensé que le saldrían de esta.


Y por informar que no quede:

La denominación de escorbuto se supone que deriva de la palabra holandesa shurbook (boca ulcerada)
Revisando la bibliografía, encontramos descripciones que podrían coincidir con el síndrome de escorbuto. Pese a todo, la primera descripción inequívoca aparece en los registros de las cruzadas. Cuando a finales del siglo XV se iniciaron los grandes viajes marinos, el escorbuto pasó a ser una dolencia común en los marineros, pasando a ser una de las causas fundamentales en la incapacidad y muerte de la gente del mar.En tierra, la enfermedad apareció entre grupos de poblaciones civiles y militares, como resultado de las múltiples guerras europeas. El motivo es que los enfrentamientos bélicos ocasionaban movimientos de tropas y desplazamiento de civiles.En 1747, el cirujano naval James Lind estudió deliberadamente los efectos de la administración diaria de dos naranjas y un limón a los marineros con síntomas claros de escorbuto. Fue clara la eficacia curativa de los cítricos. Una vez conocida la eficacia de estos frutos, la marina inglesa incorporó al rancho de la marinería los limones. Se le conocía con el apodo de «los pegajosos». Sin duda, esta medida dietética fue causa fundamental en el poderío naval inglés.
El hombre y otros primates, a diferencia de la mayoría de los animales, son incapaces de sintetizar vitamina C a partir de la glucosa, por lo que es imprescindible el aporte de dicha vitamina en su dieta5; en los países occidentales las necesidades diarias de vitamina C (60 mg), están cubiertas de forma suficiente por la dieta convencional6.
Manifestaciones clínicas del escorbuto:
En los adultos: Las características de la enfermedad consisten en pápulas perifoliculares hiperqueratósicas en las que los pelos se fragmentan y caen; hemorragias perifoliculares; púrpura que se inicia en la parte posterior de las extremidades inferiores y acaba confluyendo y formando equimosis; hemorragias en los músculos de los brazos y las piernas con flebotrombosis secundarias; hemorragias intraarticulares; hemorragias en astilla en los lechos ungueales; afectación de las encías sobre todo en personas con dientes que comprenden hinchazón, friabilidad, hemorragias, infecciones secundarias y aflojamiento de los dientes; mala cicatrización de las heridas y reapertura de las recientemente cicatrizadas.
Tratamiento del escorbuto:
El escorbuto puede ser mortal. Si se sospecha este diagnóstico debe extraerse una muestra de sangre e instaurar rápidamente un tratamiento con ácido ascórbico. Las dosis habituales en los adultos son de 100 mg tres a cinco veces al día por vía oral hasta que se hayan administrado 4 gramos, siguiendo después con 100 mg/día. Las hemorragias espontáneas suelen cesar en 24 horas, los dolores musculares y óseos ceden con rapidez, y las encías comienzan a curar en dos a tres días. Incluso los grandes hematomas o equimosis regresan en diez a doce días, aunque las alteraciones pigmentarias en las zonas de grandes hemorragias pueden persistir durante meses. La bilirrubina sérica se normaliza en tres a cinco días y la anemia se suele corregir en dos a cuatro semanas.

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