domingo, febrero 11, 2007
IMAZ, ERRE QUE ERRE
http://www.deia.com/es/impresa/2007/02/10/bizkaia/politika/335875.php
«No basta con definir un proyecto nacional y abertzale», sino que «hace falta tener y ser capaces de desarrollar una estrategia práctica para poder llevar adelante un proyecto de nación».
«Si no tenemos memoria no somos nada»
Así, expresó su admiración por Irujo y por su generación que, a su juicio, fue «posiblemente la mejor generación que ha tenido el nacionalismo vasco sin género de dudas y que no pudo dar todo lo que tenía porque la Guerra la truncó».
«Decía que la nación y el Estado se forman al servicio de la persona y que no hay proyecto de nación, no hay proyecto de patria que merezca la pena si realmente no está concebido, dirigido y basado sobre la propia persona y el derecho individual», recordó.Asimismo, señaló que Irujo también era un «hombre pragmático» que decía que «de nada sirven concepciones idealistas y generosas si carecen de realización potencial, de concreción en la vida, de eficacia, porque no basta con tener razón, es preciso incorporar la razón a la vida misma para trocarla en guía de nuestros pasos».En su opinión, esa reflexión «tiene mucha actualidad política al día de hoy».
Pagina Web del Partido
El presidente del EBB ha asegurado que las ideas políticas de Manuel de Irujo tienen mucha actualidad, ya que "no basta con definir un proyecto nacional y abertzale", sino que "hace falta tener y ser capaces de desarrollar una estrategia práctica para poder llevar adelante un proyecto de nación".
Josu Jon Imaz, sigue erre que erre.
Por nuestra parte
Tres preguntas:
1ª – ¿Es lógico que el presidente de nuestro partido lleve un debate propio de las asambleas a los medios de comunicación y a sus charlas o presentaciones?
2ª - ¿Es un calentamiento de motores para la estructura filosófica – política de la próxima ponencia política en la Asamblea Nacional?
3ª ¿Con lo dicho, quiere decir que llevamos 110 años sin una estrategia practica para poder llevar adelante un proyecto de nación?
Nosotros tenemos memoria histórica:
Carta del líder de ese supuesto grupo de pragmáticos, el Lehendakari Aguirre, al dictador al cumplirse el centenario de la abolición foral.
A su excelencia el General Franco
“Se confirman los fueros de las Provincias Vascongadas y Navarra, sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarquía española”
Con esta formula de bondadosa apariencia fue abolida el 25 de octubre de 1839 la secular libertad de los vascos en sus regiones de Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra.
En nombre de una unidad constitucional extraña alos vascos fue suprimida la independencia de las que los viejos escritos llamaron “tierras apartadas”. Se consumo el despojo aprovechando el cansancio producido por la derrota de una guerra larga en la que el alma popular vasca luchó por la conservación de una libertad y de un patrimonio espiritual contra las que adivinaba agresiones próximas por parte de la monarquía liberal española de aquel entonces. La agresión la realizo un parlamento que ninguna jurisdicción tenia sobre los vascos.
Desde los siglos medios en que el pueblo vasco acepto mediante pactos solemnes como suya la corona de España, jamás fue hasta aquella fecha alterada una libertad basada en la unión personal que realizaba la Corona y en la independencia de las instituciones y de los pueblos respectivos.
Anticipándose al sistema imperial Británico, la época de mayor grandeza peninsular coincidió con el sistema basado en el conjunto libre de las nacionalidades bajo un cetro que constituía la única ligazón. Los vascos libres contribuyeron libremente también, en multitud de paginas brillantes que la Historia registra, lo mismo en Europa que en América.
A partir del 25 de octubre de 1839 la trayectoria histórica señalada se rompió bruscamente, al ser roto unilateralmente y por fuerza un pacto respetado durante varios siglos.
El pueblo vasco ha vivido desde entonces en continua alteración y protesta que, según los tiempos, ha revestido forma distinta, sin variación en el fondo.
Jamás dejo año tras año de exteriorizarse la protesta solemne de los vascos. Solo bajo una ocupación militar los vascos han de guardar en su patria un silencio forzado.
Las luchas armadas, incluso la última sostenida, no han tenido por nuestra parte otra significación que la defensa de nuestra libertad. ¿Qué daño hicieron a nadie nuestras viejas instituciones nacionales y su pacifico desenvolvimiento para que contra ellas se concitara tanta injusticia y tanta aversión? En esa lucha sigue y seguirá el pueblo vasco sin que ni la cárcel ni el exilio, ni aun la muerte, quiten un átomo de vigor a la lucha emprendida. Ante Dios y ante Euzkadi hemos jurado mantenerla hasta que la libertad sea devuelta a nuestro viejo solar. Porque esa es su voluntad.
Libertad que como hombres nos corresponde y libertad que reclamamos en nombre de nuestra tradición de cristiana tolerancia y grandeza. Nuestros compatriotas no pueden expresar su voluntad, no disfrutan de los derechos humanos más esenciales. La libertad personal vive en continua precariedad. Miles y miles están en las cárceles. Otros tantos fuera de su Patria. La miseria es patrimonio de muchísimos hogares.
Choca este espectáculo de opresión con el genio de nuestra raza, donde la dignidad del hombre tenia una consagración solemne en aquellas leyes derogadas hace cien años, que han causado la admiración universal como modelo ordenador de una autentica sociedad humana.
Hoy un sistema extranjero, implantado gracias al concurso armado extranjero, arbitrario en sus fundamentos y medios de aplicación, sin base popular, se impone en nombre únicamente de la fuerza ahogando el grito de protesta de nuestro pueblo y de su clamor de justicia.
Un día los representantes populares vascos hubimos de decir a la más alta magistratura española con motivo de su visita a Gernika y al Árbol de la Libertad:
“Señor jamás podremos acompañaros al santuario de de nuestra libertad, si no venís a prestar el juramento de que esa libertad ha de ser devuelta y respetada”
¡Con cuanta más razón tenemos que decirlo hoy ante los escombros humeantes todavía de Gernika y de nuestra patria toda!
En nombre del pueblo vasco protesto ante vuestra Vuecencia al cumplirse el centenario de una fecha de opresión que hoy continua. Lo hago en nombre de todos los vascos, de los que habitan nuestro país o sus cárceles, de los que sufren el destierro y también en nombre de quienes habiéndonos combatido incluso con las armas, son nuestros hermanos en la sangre, en el despojo y en la justicia que nos es debida.
Son las voces vascas unánimes que en asamblea precursora de la autonomía vasca reclamaban que constase claramente que la autonomía se aceptaba sin perjuicio de la reclamación fundamental vasca contenida en la derogación de 25 de octubre de 1839 y de cuantos en su aplicación atentaron contra la libertad vasca. Y así consto en el documento que el pueblo meses más tarde plebiscito triunfalmente, dando paso a la autonomía.
Esta protesta la dirijo como Presidente elegido por el pueblo, a quien solo el y no la fuerza podrá privar antelo vasco de una representación autentica y legitima que la expresión libre de Euzkadi le otorgo y solo ella puede retirar.
Coincide el centenario de la perdida de nuestra libertad con una época dolorosa para la humanidad. La violencia alemana, la misma que con la fuerza italiana y el empleo de las fuerzas marroquíes dio el triunfo a Vuecencia, ha desencadenado sobre Europa la desolación y la muerte.
Los vascos sin excepción ideológica, estamos al lado de los defensores de la justicia y del derecho de los hombres y de los pueblos contra la opresión y la fuerza negadora de toda noción humana.
Creemos sinceramente que la neutralidad proclamada por Vuecencia la impone la voluntad popular, enemigo en fuerte mayoría del totalitarismo agresor. Nos felicitamos de que el pueblo sea atendido, aunque no puede expresar su voluntad libremente.
Pero si los azares del tiempo y la naturaleza del régimen que Vuecencia preside, derivaran la acción del Estado en forma directa o indirecta a favor de los autores de la agresión que sufre hoy Europa, sabemos que el propio pueblo consideraría como acción enemiga la emprendida y lucharía contra ella con todas sus fuerzas.
Al cumplirse el centenario de la ley 25 de octubre de 1839, en momentos graves pero de firme esperanza para los oprimidos, me ha parecido obligado enviar a Vuecencia este mensaje personal con la protesta que el pueblo vasco eleva por la perdida de su libertad. No quita la firmeza intangible de nuestras convicciones, ni de nuestra voluntad, ni de nuestra segura esperanza para que, libres de toda pasión mezquina, pidamos a la Providencia que inspire a Vuecencia el camino de la justicia basado en la restauración del derecho que nos es debido a los vascos.
Desde el exilio para Burgos a 25 de Octubre de 1939.
José A. De Aguirre.
Esta, evidentemente no es la carta de un pragmático a un dictador, es la carta de un líder en el centenario de la ley que dio lugar a la opresión de su pueblo, en una situación de exilio pero con la frente alta reclamando el derecho de su pueblo. Su ejemplo es muy didactico.
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