lunes, julio 23, 2007

EPISTOLAS SEMANALES

Inspiración de San Mateo, CARAVAGGIO (Michelangelo Merisi) 1571 - 1610




Imaz esta imitando a Arzalluz, nos explicamos, a Javier se le relacionaba con su pasado en la Compañía de Jesús en cuanto a lo que sus “enemigos” denominaban “homilías dominicales” los domingos en Deia.
Ahora le toca el turno a Josu Jon, en su caso no se le conocen relaciones con el clero, pero también ha adoptado la formula de epístolas dominicales.
Tras el “No imponer, No impedir”, este domingo le toca el turno a sus reflexiones en Bake Hitzak.

En esta reflexión nos dice:

“El trabajo político a favor de la paz requiere de un consenso sobre cinco principios: rechazo firme del terrorismo y respuesta desde el Estado de Derecho, apoyo a las víctimas, deslegitimación del discurso de los violentos, uso de los instrumentos del Estado de Derechos sin políticas de excepción y con respeto escrupuloso a los derechos humanos, y condicionar el final dialogado a la voluntad clara de ETA de dejar las armas”


"la violencia de ETA no es consecuencia natural de ningún conflicto político


“Y nunca aceptaré que el más mínimo avance en el autogobierno de mi país esté vinculado a la presión de la violencia”

La semana pasada nos decía:

“Pero en las condiciones actuales es más grave. Puede ser el 'plan b' al que se acoja una ETA, que declare un alto el fuego 'permanente' como los anteriores, esperando que la misma se lleve a cabo. ¿Qué pasaría el día después si no hubiera acuerdo político con el Estado? Visto lo visto durante tantos años, no hace falta ser adivino para imaginar a ETA matando en nombre de la defensa de una presunta voluntad popular no atendida”

Si echamos una ojeada a cosas que nos dijo anteriormente

18 Noviembre 2006

JOSU JON IMAZ EAJ-PNV no admitirá que la violencia de ETA tutele el proceso político
Vivimos un momento en el que la esperanza de alcanzar la paz nos obliga a todos a actuar con responsabilidad. EAJ-PNV no va a ahorrar esfuerzos en este camino. Conscientes de que vamos a encontrarnos con dificultades y crisis en el proceso. Pero con firme voluntad de superarlas a través del diálogo y el encuentro

Los partidos políticos, todos, debemos seguir mientras tanto trabajando desde la política por la paz y la normalización. Profundizando en el diálogo. Salvando esta dificultad y esta crisis para que volvamos a la senda de la esperanza y de la solución. Cada uno desde lo que representa políticamente. Sin tutelas. Para que consolidemos los avances en las bases y en la metodología para el acuerdo político. Un acuerdo, libre y democráticamente decidido por la ciudadanía vasca, sin amenaza alguna de violencia, injerencia o coacción.

Y en el comunicado de Aberri Eguna, el partido decía:

“En primer lugar, hemos de sacar definitivamente el tema del debate partidista y construir los acuerdos necesarios en torno a: El rechazo del terrorismo y la violencia. La solidaridad y el apoyo a las víctimas El discurso de deslegitimación del terrorismo, que no es consecuencia natural del contencioso político. En segundo lugar, debemos prepararnos para abordar el final dialogado de la violencia cuando se den las condiciones, es decir, cuando ETA muestre su voluntad inequívoca de poner fin definitivamente a su actividad violenta. Sigue vigente la idea del acuerdo político entre todas las formaciones, en libertad para todas las opciones y sin exclusiones. El esquema para avanzar con solidez en el camino hacia la normalización política de Euskadi es: cese definitivo de la violencia, debate en igualdad democrática para todas las opciones, acuerdo y ratificación por la sociedad. Porque la posibilidad de acuerdos para la convivencia política que hicieran posible el cese de la actividad de ETA sería la negación de nuestra propia convicción democrática. El principio básico que defendemos es que el futuro político de Euskadi ha de ser acordado entre las formaciones políticas vascas y ratificadas por la ciudadanía. Este es el camino. Con criterios claros que nos ayuden a caminar incluso en las situaciones de incertidumbre. Con voluntad decidida y sin voluntarismos estériles. Con serenidad y valentía pero dejando a un lado los envalentonamientos. Sin políticas de excepción y con respeto escrupuloso a los derechos humanos y a los principios del estado democrático de derecho. Somos abertzales que trabajamos para seguir profundizando en la personalidad política de Euskadi y actualizar los marcos jurídicos sobre la base de la voluntad de la sociedad vasca, para lograr una Euskadi con voz y presencia propias en las instituciones europeas, para que el principio de subsidiariedad que los Estados reclaman para sí ante la Unión Europea se aplique a los entes subestatales, dándose carta de naturaleza jurídica a la realidad plurinacional, pluricultural y plurilingüe del estado español. Los nuevos tiempos nos llevan a modelos de sociedad que ya no toleran ser gobernadas desde un centro rígido, con una jerarquía estricta y en orden a producir homogeneidad. Se tiende a cumplir a la letra el principio de que la pluralidad no es el problema sino la solución Somos una nación que no está dispuesta a someterse a nadie, en la misma medida y por las mismas convicciones por las que tampoco pretende imponerse contra nadie. Como decían los foralistas: “ni tú sobre mí, ni yo sobre ti”. O como las palabras manuscritas por Tony Blair en un ejemplar del Scotland Act, en la sede del Parlamento de Edimburgo: “Scotland and England together on equal terms”. Reivindicamos un acuerdo político que defina un modelo de convivencia, y un marco de relaciones con el Estado sobre la base de una bilateralidad efectiva, garantías y condiciones de lealtad. El pacto y la no-imposición es el procedimiento por el que se constituyen las reglas de juego en las sociedades avanzadas. Se trata, en definitiva, de que alcancemos un acuerdo que desde el respeto a los marcos institucionales actuales, siente las bases del autogobierno para la nueva Europa que ya se va conformando. Un autogobierno como el definido en la propuesta de Nuevo Estatuto político que aprobó en diciembre de 2004 el Parlamento Vasco. Un acuerdo que determine un poder judicial propio y el ámbito competencial pleno necesario para desarrollar la identidad en el mundo abierto que se va conformado, en los ámbitos de educación, lengua y cultura. Un Concierto Económico blindado cuyas decisiones normativas tengan carácter de ámbito fiscal propio y, por tanto, los recursos a las mismas en cualquier ámbito (sea judicial o europeo) sólo puedan ser cuestionados en los mismo términos que los de otro sistema general. Un sistema social y de seguridad social, complementado con una política fiscal solidaria, necesarios para mantener los ámbitos de solidaridad en un entorno amplio de competencia global. Y, en definitiva, un Concierto Político que asegure garantías jurídicas plenas y sistemas de arbitraje bilaterales sobre el cumplimiento de este pacto. Asimismo, propugnamos una política abierta de cooperación que vaya conformando Euskal Herria como una eurorregión vasca, desde el Adour al Ebro y desde las Encartaciones hasta Zuberoa, que desarrolle un tejido urbano con calidad de vida y un sistema de transporte que unirá el tejido urbano Donostia-Vitoria-Bilbao-Pamplona-Baiona, gracias a la Y Vasca. Este es nuestro modelo de autogobierno para los próximos años: capacidad de decisión, compromiso en el pacto y corresponsabilidad, participación en todos los niveles de decisión y apertura al exterior. La convicción y la cooperación son nuestros mejores aliados para lograrlo. Convicción para ganar los acuerdos y mayorías necesarias para hacerlo viable. Sociedad vasca es la Comunidad Autónoma, es Nafarroa y es Iparralde. El proyecto político abertzale de EAJ-PNV incluye la capacidad de alcanzar mayorías en Lizarra, en Irurtzun o en Donibane Lohizune. Porque, tal como decía José María Lasarte, “El PNV es la expresión política de las mayorías vascas”. Y esta aseveración lleva consigo la idea de su diversidad interna como valor: no se refiere a la mayoría sino a las mayorías, en plural. Es la Nación Vasca abierta al mundo, solidaria, plural e integrada en torno a un proyecto compartido. Todo lo contrario de una Euskadi políticamente uniforme, que además de llevar consigo el germen de la imposición, supondría ir reduciendo en territorialidad y en adhesión política democrática, el proyecto nacional vasco. Y como patriotas vascos, la cohesión territorial y social es para EAJ-PNV el activo prioritario. Nunca nos ha guiado ninguna tentación de uniformización política de esta Euskadi plural en sensibilidades, identidades e instituciones; aspiramos a una Nación Vasca abierta, cohesionada y plural, como son las realidades nacionales del siglo XXI.”


Y en el ahora famoso documento del EBB, Elkarbizitzarako bake-bideak se decía entre otras muchas mas cosas:

“El derecho a la decisión y el compromiso con el pacto. Hemos vinculado la capacidad de decidir al compromiso de pactar, al igual que lo hiciera el principio jurídico formulado por el Tribunal Supremo de Canadá y que recogió también la Propuesta de Nuevo Estatuto aprobada por el Parlamento Vasco. Estamos a favor de plantear un ejercicio de la soberanía que piense en espacios de encuentro donde las cuestiones han de resolverse de manera dialogada y pactada. La multilateralidad que las posiciones más progresistas exigen para la nueva configuración del mundo es exigible también como principio organizador de nuestras sociedades. El pacto entre vascos y con el Estado es un procedimiento que conecta, por cierto, con nuestra mejor tradición foral y sobre la que hemos construido nuestras dos experiencias estatutarias, la de 1936 y la del Estatuto de Gernika.”
“Un compromiso para que sea respetada la decisión de la sociedad vasca. Proponemos la asunción de este doble compromiso:
no imponer un acuerdo de menor aceptación que los actualmente vigentes, y
no impedir un acuerdo de mayor aceptación que los actualmente vigentes.
No imponer garantiza la aceptación, en clave de aportación social e integración política, de la voluntad de la sociedad vasca; no impedir evita el veto de las Cortes españolas. Se trata, pues, de aceptar, por principio, la fórmula más democrática y más integradora.”


Al parecer este ultimo, tan simple y claro, necesitaba traducción y explicaciones.

Pero la gran trampa para el nacionalismo vasco, se centra en condicionar cualquier tipo de avance en nuestras reivindicaciones nacionales a la existencia de ETA.

ETA tiene una nefasta historia de 40 años y ahora mismo pocos visos de desaparecer de nuestras vidas, ¿Esto quiere decir que nuestras aspiraciones con respecto a la libertad de nuestra patria deben estar paralizadas “sine die”?. Y mientras tanto un partido nacido con un fin prioritario cual es el conseguir que Euskadi sea la patria de los vascos, cambia su razón de ser y se dedica en exclusividad a administrar una autonomía a todas luces insuficiente para cualquier nacionalista.

Ese no puede ser nuestro camino, la solución pasa por consultar a este pueblo y aprovechar la consulta para decirle a ETA lo que mayoritariamente pensamos, que nos dejen en paz y que desaparezcan de nuestras vidas de una puñetera vez.

Josu Jon, no nos líes, nuestros abuelos y nuestros padres han fallecido con la patria bajo el yugo extranjero y nosotros mismos llevamos camino de visitar a Jaungoikoa en la misma situación, y contra esto no nos podemos quedar impasibles, la razón de nuestra vida perdería una gran parte de su sentido.

Y el nuevo discurso de “la violencia de ETA no es consecuencia natural de ningún conflicto político”, parece muy fuerte tras 40 años argumentando lo contrario, habría que hablar con la cuadrilla de disidentes ahora en el entorno del PP o del PSOE, para que nos expliquen si sus inclinaciones genéticas fueron las que propiciaron su pertenencia a la banda terrorista.

El grupo Vocento, que al parecer es el que mas sabe de lo que opina Imaz, traducen sus artículos con un “Imaz acalla la consulta”. ¿Será verdad?

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