Juan Carlos I, rey de los españoles, demostró en el día de ayer desconocer los conceptos más simples, que se enseñan en el primer curso de la carrera diplomática, y esto es imperdonable para quien ostenta la máxima representación diplomática del estado Español en multitud de foros.
Hay momentos en los que entendemos la presión de Jiménez en la COPE sobre la abdicación del monarca.
Las televisiones y medios de comunicación españoles poco han tardado en enaltecer la actuación de su monarca, que de acuerdo con todas las normas de la diplomacia merece un cero patatero.
Hay momentos en los que entendemos la presión de Jiménez en la COPE sobre la abdicación del monarca.
Las televisiones y medios de comunicación españoles poco han tardado en enaltecer la actuación de su monarca, que de acuerdo con todas las normas de la diplomacia merece un cero patatero.
Juan Carlos I, debería ser sabedor de sus funciones y atribuciones en el foro que se debatía, pero le pudo la soberbia propia de un rey, que no se hace sabedor de estar fuera de sus dominios. El foro tenía un moderador, a quien se le atribuyeron de común acuerdo las funciones de moderación, y quien al final no esta de acuerdo con el desarrollo de las mismas, las critica e incluso veta tal moderación para el futuro.
Lamentables las actuaciones de personajes televisivos, auténticos bufones de esta monarquía.
En cualquier tratado de diplomacia se pueden encontrar afirmaciones como las siguientes:
Los Estados que conforman la comunidad internacional no pueden vivir aislados; requieren, necesariamente, establecer vínculos entre ellos.
Se define al Estado como "la Nación políticamente organizada".
Todo Estado determina, para su acción internacional, lo que se conoce como su "Política Exterior", que es el conjunto de objetivos que se fija el país para su acción internacional, unida a una priorización de los mismos.
La acción que el Estado desarrolla para alcanzar tales objetivos se conoce como su "diplomacia".
El Derecho Diplomático es la "ciencia" dentro de la cual se enmarca esta actividad y la "práctica" es el "arte" de la conducción de las relaciones internacionales respetando los principios del "Derecho Diplomático".
Esta "ciencia" y este "arte" son los elementos que dan fundamento a la idea de que la diplomacia debe estar siempre en manos de profesionales que hayan dedicado su vida a profundizarlos y conocerlos.
La diplomacia constituye el medio tradicional y normal a través del cual los Estados se relacionan entre sí, ya sea directamente o mediante las organizaciones internacionales.
"La diplomacia es la "aplicación de la inteligencia y el tacto en la conducción de relaciones oficiales entre gobiernos independientes" o la "conducción de negocios entre Estados por medios pacíficos", dice Ernest Satow, en "Satow's Guide to Diplomatic Practice".
Persuadir y disuadir constituye, según clásica definición, la esencia de la diplomacia. Arte de dirigir el comercio con otros Estados, ciencia de las relaciones exteriores, comprende de acuerdo a Martens, la ciencia y el arte de la negociación. En un sentido lato, incluye la técnica y los procedimientos con que se conducen las relaciones interestatales. (Luís Santiago Sanz, internacionalista argentino)
"El Derecho Diplomático es el conjunto de normas jurídicas destinadas a regular las relaciones entre los distintos órganos de los sujetos de Derecho Internacional, encargados temporal o permanentemente de sus relaciones exteriores" Philippe Cahier, citado por Pérez de Cuéllar.
La Enciclopedia Británica señala que la diplomacia es "el arte, ciencia o práctica de conducir las relaciones entre las naciones o la manera en que se conducen las relaciones internacionales.
Y Juan Carlos I, rey de los españoles, demostró en el día de ayer ser poseedor de poca inteligencia y poco tacto.
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